El acabado PVD es muy resistente a la corrosión, pero aún así requiere algo de atención para mantenerse bonito con el paso del tiempo.
Cuando utilices productos de limpieza, no los dejes actuar demasiado tiempo: siempre es mejor enjuagar bien con abundante agua justo después del uso.
(¡Presta especial atención a no usar demasiada agua sobre la placa de cocción: podría filtrarse donde no debe!)
Evita por completo los productos demasiado agresivos como ácido clorhídrico, ácido fluorhídrico, ácido muriático, lejía, amoníaco o limpiadores para cobre y plata. También deben evitarse los detergentes abrasivos, ya que podrían dañar la superficie.
Otro aspecto importante: no dejes objetos de hierro ni otros metales distintos del acero inoxidable sobre el fregadero, ya que con el tiempo pueden provocar reacciones químicas que dañen la superficie.
Presta también atención a los residuos de alimentos: sustancias como el tomate, el café, la leche, la sal, el vinagre o el vino tinto no deben permanecer en contacto con el acero durante mucho tiempo.
Después del uso, es mejor limpiar y secar siempre la superficie.
Si vives en una zona con agua especialmente dura, podrías notar manchas de cal. En ese caso, puedes utilizar un desincrustante diluido, pero recuerda enjuagar bien y secar completamente al final.